
Miguel Álvarez Arévalo, administrador del Museo Nacional de Historia, nos habla acerca del oficio de los historiadores profesionales y el origen del 16 de octubre como fecha conmemorativa para festejar esta disciplina, de gran importancia para la sociedad contemporánea.
¿Por qué se celebra en esta fecha el día del historiador?
Durante el siglo XVIII se dio en Europa un movimiento intelectual que afectó todos los órdenes de la sociedad, cambiando la historia occidental. Se le conoce como Ilustración, la cual tiene por sentido buscar la verdad mediante la ciencia, a través de la razón y no por interpretaciones religiosas. Se basa en una filosofía llamada racionalismo, que dice que todo debe ser analizado mediante el método científico; el bienestar social y económico debe procurarse a través de la búsqueda de la verdad y el conocimiento.
Es así como la historia va a dejar de ser una memoria transmitida de generación en generación, un simple relato de héroes y personajes, y se va a convertir en una herramienta de la sociedad que interpreta su evolución a través de analizar fuentes, criticarlas e interpretarlas.
La ilustración llega a Guatemala y la universidad de San Carlos, a fines del siglo XVIII, se transforma en una entidad ilustrada, formando a una generación de pensadores que serán luego próceres de la independencia y que jugarán un papel muy importante durante los primeros años de la vida independiente.
De esa cuenta, en la época de la Federación Centroamericana, el Estado de Guatemala fue gobernado de 1831 a 1838 por el doctor Mariano Gálvez, un gobierno basado en principios ilustrados. Fue así como la antigua real y pontificia Universidad de San Carlos se convierte en la Academia Superior de Estudios, adecuándola a las necesidades de la época.
En 1832 se consideró que era muy importante, dentro del pensum de esa academia, contar con la cátedra de Historia. El 16 de octubre de 1932, Alejandro Marure pronuncia el discurso inaugural de la cátedra de Historia por primera vez en la Universidad, conocida en esos momentos como la Academia Superior de Estudios. En este discurso Marure hace ver la importancia social que tiene la historia, como un puente entre el pasado el presente y el futuro, pero sobre todo como análisis crítico de las fuentes, dejando atrás tradicionalismos y supersticiones. Es una historia objetiva que tiene como meta presentarnos el pasado para poder escribir nuestro futuro de acuerdo con las experiencias que nos deja la historia.
Así, cuando se funda la Facultad de Humanidades en la Universidad de San Carlos, en el gobierno del doctor Juan José Arévalo, el departamento de Historia de esta facultad vio con muy buenos ojos que el 16 de octubre era el día indicado para festejar a la Historia y a los historiadores en la sociedad contemporánea.
¿Cómo ha sido su experiencia en su disciplina?
Cuando uno está en diversificado, ya se trae un interés por el futuro profesional. En los exámenes de actitud que me hicieron en el último año de bachillerato, apuntaba a las ciencias sociales y humanidades. Yo no sabía que existía una academia para estudiar Historia que era la Facultad de Humanidades; decidí estudiar Historia en la San Carlos ingresando a la Facultad de Humanidades. Tuve el gusto de compartir con grandes figuras que venían desde la época de la fundación de la facultad. Estando en la facultad, en 1974, surgió un proyecto estudiantil, la separación del Departamento de Historia para convertirlo en una Escuela de Historia. Soy de esa generación que transformó el departamento en escuela, para profundizar en la enseñanza de la historia como una ciencia social más que como una disciplina humanística.
De esa manera, al crearse la Escuela de Historia nos formamos en esta visión social de la historia como un puente del pasado al presente, pero haciendo análisis interpretativos que sirvan como lecciones para el futuro. Lo que más nos va a interesar es el estudio de la sociedad.
¿Cuántos años lleva dedicándose a la Historia?
Yo empecé a estudiar Historia en 1972. En 1975 ya escribía trabajos de historia, y en 1980 obtuve el título profesional de licenciatura por la Universidad de San Carlos. Tengo 43 años ejerciendo mi profesión aquí en el museo.







