El Centro Cultural de Escuintla se vistió de arte efímero con la creación de una majestuosa alfombra realizada por integrantes de su propia comunidad. Esta obra, construida con aserrín y viruta, representa no sólo la tradición y la creatividad, sino también el simbolismo profundo del pavo real: un ícono de inmortalidad y resurrección, valorado por su belleza única y su plumaje deslumbrante en diversas culturas del mundo; en Guatemala, representa la renovación, resurrección, inmortalidad, gloria, nobleza, espiritualidad, sabiduría, así como la Eucaristía y otros elementos de la tradición cristiana.
La elaboración de la alfombra tomó aproximadamente ocho horas de trabajo continuo y fue realizada con materiales adquiridos en el municipio de Palín.
Equipo creativo
Los recursos utilizados para la creación de la alfombra provinieron de una colaboración económica voluntaria del personal del Centro Cultural, demostrando el compromiso y la unión del equipo que vive la Semana Mayor con todo el fervor de la tradición. La contribución fue opcional, basada en la voluntad de cada trabajador.
Esta alfombra no sólo embellece este importante espacio, sino que también resalta el valor del trabajo en equipo, la identidad local y la expresión artística que florece del propio Centro Cultural.
El equipo responsable de esta creación está conformado por cinco colaboradores del Centro Cultural, quienes, más allá de sus funciones habituales, se unieron en esta expresión de arte y significado:
- José Humberto Raguay
- Q’uqu’ulkac Palás Santos
- Jonathan Gutiérrez
- Erwin Orlando Chávez
- Alicia Villalta
Cuatro de los participantes son músicos integrantes de la Marimba del Centro Cultural de Escuintla, mientras que Alicia Villalta forma parte del equipo de mantenimiento operativo.
