En un despliegue de cultura, identidad y alegría, representantes de 67 grupos de conviteros provenientes de distintos departamentos del país fueron reconocidos por el Ministerio de Cultura y Deportes (MCD) por su participación en el evento que transformó el centro histórico en un escenario de tradición viva.

Desde las ocho de la mañana, el recorrido partió del Paseo de la Sexta y concluyó a las diez en la Plaza de la Constitución, donde más de tres mil conviteros ofrecieron un espectáculo lleno de energía y color. Cada traje, paso de baile y expresión artística reflejó el orgullo de portar una herencia que se remonta al siglo VII.
La marimba orquesta “Checha y su India Maya Caballero” puso el toque musical que acompañó la llegada de los participantes, marcando el inicio de una jornada festiva e inolvidable.
Tradición, identidad y reconocimiento
Cada grupo portó una manta representativa de su departamento o municipio, con nombres que evocan memorias colectivas y legados culturales. Las autoridades ministeriales recibieron a los conviteros con palabras de respeto y admiración, reconociendo el valor de traer por primera vez a la capital una tradición que ha florecido en los territorios guatemaltecos por generaciones.
Como símbolo de gratitud, cada representante recibió un reconocimiento especial que llevarán de regreso a sus comunidades, fortaleciendo el vínculo entre la cultura local y el escenario nacional. Este gesto reafirma el compromiso del MCD con la preservación y promoción de las expresiones culturales que definen la identidad guatemalteca.
Una tradición que sigue creciendo
Los conviteros regresan a sus hogares, pero dejan sembrada en la capital una semilla de hermandad y esperanza. El eco de sus pasos, el color de sus trajes y la energía de sus danzas permanecerán en la memoria colectiva como testimonio de que Guatemala es un país que celebra su diversidad con orgullo.
Este primer encuentro marca el inicio de una tradición que promete crecer, y desde ya se vislumbra el 2026 como una nueva oportunidad para reencontrarse, compartir y seguir encendiendo la llama del colorido que nos une.



