El Ministerio de Cultura y Deportes promovió el 17 de diciembre el resguardo de la gastronomía tradicional guatemalteca mediante un taller de elaboración de ponche navideño, en el que 65 adultos mayores de Palín compartieron las técnicas y el valor cultural de esta emblemática bebida.
La esencia del ponche: Identidad en cada taza
El ponche navideño no es solo una bebida, sino un símbolo de identidad cultural que conecta a generaciones. Prepararlo implica reunir frutas frescas y especias que llenan el hogar de aromas festivos, mientras cada miembro de la familia aporta su toque especial. Servido en grandes tazas durante la Nochebuena, este caldo de frutas representa la calidez del encuentro, la abundancia compartida y la alegría de mantener vivas las costumbres que hacen única la Navidad guatemalteca.
Para su elaboración se emplean frutas de temporada en una fusión que incluye:
- Frutas esenciales: Piña, manzana, jocote, mamey, pasas de uva y ciruelas.
- Aroma y cuerpo: Canela en raja, pimienta gorda y rosa de Jamaica, que otorga el tono rojizo característico, endulzado con azúcar.
El ponche guatemalteco se comparte tradicionalmente en las posadas y forma parte de una costumbre marcada por la adquisición de productos económicos, lo que lo hace accesible para todas las familias.
Guardianes del conocimiento en Escuintla
La Dirección General de Desarrollo Cultural, a través de la Casa de Desarrollo Cultural de Palín y en coordinación con la Oficina Municipal del Adulto Mayor de la municipalidad local, facilitó este espacio de aprendizaje colectivo. Los 65 participantes practicaron las técnicas y profundizaron en los significados culturales asociados a esta bebida, fortaleciendo la cohesión social y la participación comunitaria en el departamento de Escuintla.
El taller promovió el intercambio de saberes intergeneracionales, reafirmando el rol fundamental de las personas adultas mayores como portadoras de conocimientos ancestrales y guardianas de la identidad cultural del municipio.
Un compromiso con el patrimonio vivo
A través de estas acciones, el Ministerio de Cultura y Deportes reafirma su compromiso de salvaguardar el patrimonio inmaterial de la nación. Al trabajar de la mano con los adultos mayores, se asegura que el legado de nuestras recetas tradicionales —esas que «abrazan» el alma en cada diciembre— permanezca vigente para las futuras generaciones.
