Cada 27 de octubre Guatemala celebra el Día del Artista Nacional, un homenaje a aquellos que han contribuido con su legado a nuestra cultura y que continúan inspirando a la nación.
Desde su declaración hace más de cuatro décadas, el Día del Artista Nacional, establecido en 1981 por el Congreso de la República mediante el Decreto 39-759, conmemora a un grupo de artistas que perdieron la vida en un trágico accidente aéreo en 1951. En ese día lamentable, 25 almas se apagaron, entre ellas Francisco Pérez (Paco Pérez), reconocido compositor de “Luna de Xelajú”, así como Mario Lara y Manolo Rosales. Su legado ha sido fundamental para el fortalecimiento de nuestra cultura e identidad, y para celebrar a los talentos que diariamente enriquecen nuestro país.
Tesoros del alma colectiva
Es importante destacar que los artistas, como guardianes de la creatividad, contribuyen a construir una sociedad íntegra y activa. Con su esfuerzo buscan el bienestar de sus familias y, por ende, del país. En Guatemala, los artistas desempeñan funciones cruciales. A través de su creatividad y valentía, refuerzan la identidad cultural, fomentan la expresión y comunicación, y promueven el bienestar emocional y el desarrollo económico, además de crear conexiones internacionales.
Cómplices del artista
Una obra emblemática de Efraín Recinos da la bienvenida a los apasionados del arte en el Teatro de Cámara “Hugo Carrillo”, del Centro Cultural “Miguel Ángel Asturias”. Durante los recorridos por este espacio histórico, los guías explican que el cuadro representa el antes y después de la importancia que se le otorga a los artistas. En la obra, los dueños del escenario comparten su talento con los espectadores, sin importar su estrato social. Se pueden ver retratados a militares, niños, “mujeres de compañía”, reyes y al mismo maestro Recinos.
Voces del talento
Heydi Corzo, subdirectora de la Marimba Femenina de Concierto, detalla: «A través del arte tengo la oportunidad de plasmar mis sentimientos y transmitir emociones de una manera más auténtica. La música tiene un poder transformador que puede cambiar el estado de ánimo de quien la escucha. El arte me invita a ser una mejor persona y a alentar acciones más interactivas con quienes me rodean. Los aplausos son una motivación a seguir adelante para seguir compartiendo con el público».
Marcio Chamalé, miembro del Ballet Moderno y Folklórico, comenta: «Para mí ser artista de la danza significa tener la oportunidad de transmitir mensajes a través del movimiento del cuerpo; es la elaboración de un lenguaje de una forma única. Mi aporte a Guatemala como artista tiene dos facetas. La primera es como bailarín de folclor, en la que buscamos reafirmar nuestra historia como guatemaltecos, nuestras costumbres, nuestra identidad y nuestras tradiciones. Y con la danza contemporánea, en la compañía buscamos explorar y encontrar nuevas formas de lenguaje del movimiento para compartir con el público».
Miriam Villatoro, del Coro Nacional de Personas con Discapacidad “César Augusto Hernández”, dice: «A través del arte, podemos llevar mensajes de motivación y bendición. Para mí, decir las cosas mediante el canto, es mágico. Hacer arte con el corazón es una manera de dejar un legado para las futuras generaciones y abrir brechas para un lenguaje universal. Los aplausos son gratitud, una respuesta de Dios hacia mi vida; con ellos, el público me hace sentir que todo está bien».
Fernando Vásquez, director de la Marimba de Concierto de Bellas Artes, expresa: «El arte es una forma de vida. Mi instrumento musical es una extensión de mi cuerpo y los aplausos son la comunión que se da entre el público y el artista, de cualquier disciplina. La energía que vuelve en aplausos, es un retorno de lo que uno envía a través de lo que uno transmite en el escenario».
Por todo eso y más, la descentralización del arte promovida por el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala busca llevar la cultura a todos los rincones del país, facilitando el acceso a actividades artísticas y culturales. Este enfoque permite que comunidades diversas participen en la creación y difusión del arte, fortaleciendo la identidad local y promoviendo el talento emergente. A través de talleres, festivales y programas, se fomenta la inclusión y el intercambio cultural, enriqueciendo el panorama artístico nacional. Así, el arte se convierte en un vehículo de cohesión social y desarrollo del país.